EPIFANÍA DEL SEÑOR
“Conducidos a Belén, amadísimos, gracias a la ayuda de la estrella que les precedía, los Magos, como lo ha narrado el evangelista, se llenaron de gran alegría, y, habiendo entrado en la casa, encontraron al Niño con María, y, postrándose, lo adoraron; y, abriendo sus tesoros, le ofrecieron dones. oro, incienso y mirra. ¡Oh admirable fe, que se apoya en la ciencia perfecta! ¡Fe que no ha sido adoctrinada por la sabiduría terrena, sino formada por el Espíritu Santo!