JUAN CASIANO: “CONFERENCIAS” (Conferencia X, capítulo 11)
Capítulo 11. Sobre la perfección de la oración, a la que se llega por medio de la predicha enseñanza
“El monje que comienza repitiendo el versículo del salmo, luego accede a la pobreza espiritual y, al final, experimenta el conocimiento multiforme de las Escrituras”[1]. Asciende, por así decirlo, de la condición de “erizo espiritual” a la de “ciervo racional” que aplasta las serpientes venenosas y transita por las altas cumbres.