GERTRUDIS DE HELFTA Y BERNARDO DE CLARAVAL: UNA REAPRECIACIÓN (VI)
Jesucristo y santa Gertrudis, vitral, Archiabadía de Saint Meinrad, Indiana, USA.
P. Michael Casey, ocso[1]
Más bien interior que integral (continuación)
Jesucristo y santa Gertrudis, vitral, Archiabadía de Saint Meinrad, Indiana, USA.
P. Michael Casey, ocso[1]
Más bien interior que integral (continuación)
«(…) La figura ha pasado y se ha manifestado la verdad. En lugar de un cordero, es Dios quien ha venido: en lugar de una oveja, un hombre; y en el hombre, Cristo, que todo lo contiene. El sacrificio del cordero, el rito de la Pascua y la letra de la Ley están contenidos en Cristo, por quien todo se ha cumplido en la antigua Ley, y más todavía en la Palabra nueva...
Santa Gertrudis. Parroquia Santa Gertrudis, Grantfork, Diócesis de Springfield, Illinois, USA.
P. Michael Casey, ocso[1]
Más bien interior que integral
«El Señor Jesús ha venido hoy a recibir el bautismo. Ha querido lavar su cuerpo con el agua del Jordán. Quizá alguno diga: “¿Por qué quiso ser bautizado, Él que era Santo?”. Cristo se bautiza, no para ser santificado por las aguas, sino para santificar Él las aguas y purificar con su acción personal las olas que toca. Se trata más bien de la consagración del agua que de la consagración de Cristo. Desde el momento en que Cristo se lavó, todas las aguas se volvieron puras con vistas a nuestro bautismo.
«Reconozcamos, amadísimos, en los Magos que adoran a Cristo las primicias de nuestra vocación y de nuestra fe y celebremos con el alma alborozada el comienzo de nuestra feliz esperanza. Entonces fue cuando comenzamos a entrar en posesión de nuestra herencia eterna. Entonces se nos abrieron los misterios de la Escritura que nos hablan de Cristo, y la verdad (...) difundió su luz sobre todos los pueblos.
«El nacimiento de Cristo no ocurre por necesidad, sino por el poder de Dios... Es el sacramento de su amor que restablece la salud de los hombres.
Visión de santa Gertrudis, anónimo, siglo XVIII, óleo sobre tela (126 x 88 cm), Museo Colonial y Museo Santa Clara, Bogotá, Colombia[1].
«¡Que todas las edades oigan lo que jamás se oyó! ¡Lejos toda inquietud! Jesucristo, la verdadera seguridad, ha venido a nosotros. ¡Lejos toda debilidad! hoy ha aparecido el Salvador. ¡No más guerras, lejos toda disputa! hoy ha descendido de lo alto del cielo la verdadera paz. ¡Lejos toda amargura! hoy los cielos han destilado miel sobre la tierra. ¡Huya la muerte! el cielo nos ha dado hoy la vida.
Santa Gertrudis, imagen procesional, Parroquia Santa Gertrudis, Grecia, Costa Rica.
Tú, abismo desbordante de la divinidad,
Rey de reyes nobilísimo,