LA ‘DIVINA PIETAS’ Y LA ‘SUPPLETIO’ DE CRISTO EN SANTA GERTRUDIS DE HELFTA: UNA SOTERIOLOGÍA DE LA MISERICORDIA
Claudio Pastro, Vitral de la capilla de Santa Gertrudis, Monasterio de Helfta, Alemania.
Roma, 15-17 de noviembre de 2016
Presentación
Claudio Pastro, Vitral de la capilla de Santa Gertrudis, Monasterio de Helfta, Alemania.
Roma, 15-17 de noviembre de 2016
Presentación
«(...) El que sembró tolera la mezcla... Hubiese sido lícito a los siervos decir: “¿Quieres que vayamos y recojamos la cizaña?”. Les molestó ver la cizaña y lamentaron verla mezclada a tan buena cosecha. Y dijeron: “¿No sembraste buena semilla? ¿De dónde viene el que apareciera la cizaña?”. Él les dio razón de su procedencia; sin embargo, no permitió que fuese arrancada antes de tiempo. Aunque los siervos mismos estaban enojados contra la cizaña, con todo pidieron el consejo y la orden del dueño.
«En la parábola del sembrador, Cristo nos muestra que su palabra se dirige a todos indistintamente. En efecto, lo mismo que el sembrador (del evangelio) no hace ninguna distinción entre las tierras, sino que siembra a todos los vientos, así el Señor no distingue entre el rico y el pobre, el sabio y el necio, el negligente y el aplicado, el valiente y el cobarde, sino que se dirige a todos y, aunque conoce el futuro, pone todo lo que sea de su parte para poder decir: ¿No he hecho todo lo que debía? (Is 5,4).
SOCIEDAD INTERNATIONAL THOMAS MERTON
Centro Thomas Merton Center, Bellarmine University
2001 Newburg Road, Louisville, KY 40205 USA
"Hubo un hombre de vida venerable,
bendito por gracia y por nombre Benito,
que desde su más tierna infancia tuvo la prudencia de un anciano.
Adelantándose a su edad por sus costumbres,
no entregó su espíritu a ningún placer sensual,
«La práctica de la sabiduría cristiana no consiste en la abundancia de las palabras, ni en la sutileza de los razonamientos, ni en el deseo de alabanza y gloria, sino en la verdadera y voluntaria humildad que, desde el seno de su madre hasta el suplicio de la cruz, nuestro Señor Jesucristo eligió y enseñó como plenitud de la fuerza.
«El que ama a su padre o a su madre más que a mí no es digno de mí. Dado que antes había dicho: No he venido a traer paz sino espada (Mt 10,34) y enfrentar al hombre contra su padre, su madre, su suegra, para que nadie anteponga la piedad familiar a la religión, agrega: El que ama a su padre o a su madre más que a mí; también leemos en el Cantar de los Cantares: Ordena en mí el amor (Ct 2,4). Este orden es necesario para todo afecto.
Grabado de la portada del Libro: Embajador de la Divina Piedad. Revelaciones de Santa Gertrudis la Magna, Virgen de la Orden de San Benito,