Inicio » Cuadmon » Cuadernos Monásticos Nº 179

Editorial

Que el tesoro de la revelación encomendado a la Iglesia
vaya llenando los corazones de los hombres (Dei Verbum, 26).

La voz del Concilio Vaticano II, voz de la Iglesia esposa fecundada por el don del Espíritu, nos sigue llamando a vivir y expresar –con un testimonio hoy tantas veces de alcance martirial–, “el misterio de Cristo y la naturaleza auténtica de la verdadera Iglesia” (S.C., 2).

Este número de Cuadernos Monásticos se hace eco de aquel movimiento de retorno a los Padres y a la auténtica Tradición, que el Concilio alentó para renovar la piedad bebiendo en las fuentes del tesoro espiritual heredado y trasmitido por la Iglesia.

Reproducimos en primer lugar un artículo de Henri Irénée Marrou, que la revista Vie spirituelle publicó en el año 1943, cuando recién comenzaba la difusión de la colección Sources chrétiennes. El conocido historiador elogia y fundamenta la importancia de esta iniciativa preconciliar –y que, en este sentido, podríamos llamar profética–, de dar a conocer las obras completas de los Padres de la Iglesia.

A partir de este fundamento, los otros artículos van trazando un itinerario de continuidad en la tarea de rescatar momentos culturales valiosos en el desarrollo de la tradición viva de la Iglesia, como lo son el monacato desde la perspectiva de san Jerónimo, la reforma cluniacense y su influencia en la cristiandad, y finalmente la relación de un santo del siglo XX con María, y a través de ella con el misterio de la Iglesia.

Y como conclusión de este itinerario de memoria eclesial, citamos a Benedicto XVI en un texto sobre la tarea de recordar las enseñanzas del Señor a la luz del Espíritu Santo, quien las renueva y profundiza: “Creo que gracias a la vida dentro de la Iglesia y a la comunión en la fe, llegamos a ser partícipes de la inspiración que contiene esa familia. La Iglesia puede abrir horizontes y profundizar lo que el individuo, por sí solo, sería incapaz de comprender. Como es natural, existen, además, personas especialmente agraciadas, que llamamos santos, los cuales, por su íntima cercanía a Dios, ahondan más en ese recuerdo y nos lo devuelven revitalizado”. (…) “En mi opinión, para entender bien a la Iglesia hemos de contemplarla sobre todo a partir de la liturgia. Ahí es donde es más ella misma, donde es continuamente tocada y renovada por el Señor. Porque en la liturgia tenemos que vivirla a partir de la Sagrada Escritura, de los sacramentos, de las grandes oraciones de la cristiandad”. (…) “Entonces comprenderemos que la Iglesia es mucho más profunda. Que forma parte de ella la comunidad de los santos, la comunidad de los que nos han precedido, incluyendo a los santos desconocidos y sencillos. Que vive en el interior de numerosas personas creyentes que están íntimamente unidas a Cristo, y, sobre todo, que hunde sus raíces en el mismo Cristo. Cristo es la fuerza constante que vivifica esa vid y la hace fructificar”1.

1. Joseph RATZINGER, Dios y el mundo. Creer y vivir en nuestra época, Ed. Sudamericana, Buenos Aires, 2005, pp. 323-325.

SUMARIO

Editorial

Para una vuelta al estudio de los padres, Sources chrétiennes

Es preciso ir más lejos y explotar la hermosa metáfora de la fuente: la potencia y la majestad alcanzadas por el río nunca pueden abolir la gracia y la frescura que posee propiamente la humilde fuente. Por estar situados en el origen de nuestra tradición cristiana, los Padres conservan a nuestros ojos un mérito del que no pueden privarlos los progresos ulteriores realizados por nuestros teólogos. “Los Antiguos –dice en alguna parte Platón hablando de sus predecesores–, son más grandes que nosotros, porque ellos estaban más cerca de los dioses”. Nosotros tenemos el derecho de pensar que los Padres son grandes porque ellos están mucho más cerca de Pentecostés.

Artículo

Acercamiento a la ascesis monástica en san Jerónimo

La figura y las obras de Jerónimo han sido generalmente estudiadas en relación con las traducciones –de las Escrituras y de obras de escritores eclesiásticos–, en su relación con Orígenes, etc., quedando un espacio más limitado para el Jerónimo biógrafo, historiógrafo y propagador de la vida monástica. Nosotros intentaremos acercarnos a su ascetismo primero buscando estos elementos integrados en el contexto de su vida y luego en las “Vitae”.

Artículo

Introducción a la reforma cluniacense

Cluny fue, de alguna forma, para el Papado el “laboratorio” de la Reforma Gregoriana. Esta última, al menos en sus orígenes, estuvo
profundamente influenciada por la ideología y religiosidad ascéticomonástica. De alguna forma podemos decir que Cluny intentó convertir a toda la cristiandad en un gran monasterio y que esta dinámica reformadora fue continuada por el Papado reformista, con principios ascéticos muy similares y en coincidencia con la abadía.

Las relaciones entre María y Rafael

La mención de la Virgen no se limita sólo el comienzo y al fin, sino que todo el contenido de la carta se refiere a Ella, y a nuestra relación con Ella. Por esta razón hemos querido encabezar la carta con el título de Mariología de Rafael, debido a que, si bien hay muchas más menciones de María en sus escritos, aquí Rafael se dedica exclusivamente a expansionar su corazón hablando de Ella. Veremos que todos los elementos mariológicos que aparecen aquí están también diseminados por todos sus escritos.

Artículo

Consultaciones de Zaqueo y Apolonio. Diálogo entre un pagano y un cristiano Libro III, Caps. 1-10.

Muchas son las formas de esta observancia y bajo el único nombre propuesto para esta forma de vida hay diferentes clases de monjes, pero todas se explican, como se reconoce en todos los órdenes de la vida, porque por la variedad de los modos de ser hay también diversidad de intenciones. De allí que su profesión sea santa e irreprochable.

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