Inicio » Content » SOLEMNIDAD DE. SANTA MARÍA, MADRE DE DIOS

«Aquel que, sin madre, fue engendrado por el Padre antes de la aurora, hoy, sin padre, ha asumido la carne en ti aquí en la tierra; la estrella anuncia la buena noticia a los Magos, y los ángeles, junto con los pastores, cantan tu parto virginal, ¡oh llena de gracia!

Yo no traiciono la gracia de la que me has hecho gozar, Señor, no rebajo la dignidad que he recibido al darte a luz, porque soy la Reina del mundo; porque he llevado tu poder en mi seno, tengo poder sobre el universo. Tú transformaste mi miseria por tu condescendencia, tú te humillaste y elevaste mi raza. Ahora alégrense conmigo, tierra y cielo; yo llevo a su creador en mis brazos. Habitantes de la tierra, dejen de lado sus tristezas, al contemplar la alegría que ha brotado en mi seno inmaculado cuando fui proclamada: “llena de gracia”.

Entonces, mientras María cantaba a Aquél a quien había dado a luz, y acariciaba al recién nacido a quien había engendrado sin concurso humano, la que había dado a luz en el dolor la oyó; Eva, gozosa, dijo a Adán: "¿Quién ha hecho resonar en mis oídos la noticia que yo tanto esperaba? Una virgen que da a luz el rescate de la maldición, y cuya sola voz ha puesto fin a mis penas, y cuyo alumbramiento ha herido a aquél que me había herido; ella es la que había cantado por adelantado Isaías, el hijo de Amós, aquel tronco de Jesé del cual brotó para mí una rama cuyo fruto comeré para no morir jamás, ella, la Virgen “llena de gracia”» (Romano el Cantor).