Inicio » Content » TEXTOS PARA LA VIDA MONÁSTICA CRISTIANA (65)

3. Reglas monásticas latinas anteriores a la Regla de san Benito

IX. La Regla del Maestro (continuación)

Capítulo 62: Pregunta de los discípulos: Si un hermano debe beber o comer fuera de la hora establecida. El Señor responde por el maestro:

1No tomará de sus provisiones fuera de la hora establecida, porque estas provisiones proceden de un privilegio y de una norma[1] de la regla. 2Por tanto, están reservadas[2] a las horas fijadas por la norma.

3Pero si algún forastero les propusiera tomar de sus propias provisiones, acepten los hermanos por caridad a causa de la fatiga del viaje, 4pero respondiendo al que se lo propone, antes de aceptar, que tienen un precepto de la regla y del abad, por el que no pueden tocar las provisiones sagradas del monasterio fuera de la hora debida. 5Si hemos dicho que los hermanos instruidos y espirituales harán esta declaración a sus compañeros de camino, los cuales desconocen esta norma de la disciplina, 6es para evitar que no pongan nada en común de sus vituallas para (esta) refección a una hora inconveniente, pareciendo que no observan esta (n0rma) más por avidez que por disciplina. 7Si, por otra parte, los que los persuaden respondieren a esta declaración de los hermanos que su deseo es únicamente complacerles y compartir la comida con ellos por la caridad establecida en la sociedad del camino[3], 8y que, permaneciendo intactas sus provisiones, quieren ofrecer de las suyos por caridad, 9sólo entonces las aceptarán, pero respetando la disciplina que (reserva) nuestras provisiones para la hora (establecida)[4]. 10Por tanto, cuando llegue la hora prescrita para el viaje, nuestros hermanos comenzarán por invitar, legítimamente esta vez y a la hora legítima; 11y entonces ofrecerán de sus provisiones lo que los otros habían tomado ilegítimamente por anticipado sólo en nombre de la caridad, y así lo servirán bajo doble título: por la caridad recíproca y por la legítima observancia[5]; 12para que la caridad con estos, que ignoran el modo de la justicia, les persuada a (hacer) lo mismo; (y) por estos se inculque a otros la regla, (dándoles) una lección[6].

13Pero si la hora de la comida sorprendiere a los hermanos antes que lleguen a la casa donde se dirigen, en seguida comerán los hermanos en el lugar del camino que les sorprenda la hora, 14no sea que, al llegar al lugar donde se dirigen, el granjero no les invite a comer; 15y se verá así que el hermano enviado pierde la hora de la refección, cuando no es invitado a comer por el dueño del lugar, 16y después se vería, obligado por el hambre, a tomar su comida fuera de hora, violando las provisiones prescritas para una hora determinada.

17En el viaje los hermanos podrán[7] beber antes de nona lo que quieran, por causa de la sed.

 

Capítulo 63: Pregunta de los discípulos: ¿Qué (decir) de los hermanos que se separan de los hermanos sin saludarlos? El Señor responde por el maestro:

1Cuando los hermanos espirituales se separen en el camino, si no dicen adiós y no ofrecen al Señor una oración en común y no se dan la paz, 2sepan que se excomulgan y se apartan de la caridad, hasta que vuelvan a verse y reanuden el vínculo de la caridad entre sí, 3tal como se lee en las Vidas de los Padres[8]: un hermano había dejado el Oriente y había venido a Occidente; acordándose que no había dicho adiós a un hermano, 4volvió sobre sus pasos a causa de esa falta de caridad, para cumplir lo que no había hecho (en presencia) del hermano[9]. 5Por tanto, los hermanos deben ser solícitos en esta caridad para con los hermanos.

 

Capítulo 64: Pregunta de los discípulos: ¿Cuántas veces se debe recibir a un hermano que abandona el monasterio y vuelve de su error? El Señor responde por el maestro:

1Si un hermano sale frecuentemente del monasterio, se le readmitirá a su vuelta hasta tres veces, no más; 2porque la fidelidad de su servicio divino al Señor se conocerá por la estabilidad de (sus) pies entre los hombres. 3¿Y que necesidad tiene el monasterio de quien no pertenece a Dios? 4Por tanto, después de una tercera corrección, el monasterio (lo tratará) justamente como un pagano y un publicano (Mt 18,17).

 

Capítulo 65: Pregunta de los discípulos: ¿De qué modo deben ser saludados los hermanos de fuera[10] por aquellos de la casa? El Señor responde por el maestro:

1Cuando algún hermano de fuera llegue al monasterio, 2y los monjes del monasterio lleguen al lugar donde los huéspedes[11] están sentados, de pie, acostados o caminando, 3lo primero que harán, nada más entrar, será saludarlos, diciendo: “Benedicite”, 4luego pedirán que oren por ellos. 5Después de la oración, (será) el (hermano) de fuera (quien) la concluirá, 6e inmediatamente el hermano de la casa se arrodillará, con la cabeza inclinada, (y) saludará humildemente, 7y después de esto, se pondrá de pie para darle la paz, 8para que se cumpla la palabra del apóstol que dice: “Anticípense a honrarse mutuamente” (Rm 12,10).

9Al entrar los hermanos forasteros, después de la oración y antes de concluir, el abad dirá este versículo con los hermanos de la casa: “Recibimos, oh Dios, tus misericordias en medio de tu templo” (Sal 47 [48],10), con el Gloria.

 


[1] O: medida (mensurae).

[2] Debentur.

[3] Quam viae societas iniucnxit.

[4] Suae horae.

[5] Lit.: pro iustitiae.

[6] El texto latino dice: per istos illis notitia suam ingerat disciplinam.

[7] O: “tendrán permiso” (liceat).

[8] Cita no identificada, de un texto probablemente perdido (cf. SCh 106, p. 289, nota 3).

[9] In fratris.

[10] Extranei.

[11] Extranei.