Inicio » Content » TEXTOS PARA LA VIDA MONÁSTICA CRISTIANA (54)

3. Reglas monásticas latinas anteriores a la Regla de san Benito

IX. La Regla del Maestro (continuación)

Capítulo 38: Pregunta de los discípulos: Sobre los salmos de las refecciones. El Señor responde por el maestro:

1En la comida se debe decir un salmo y el versículo. 2De la misma manera, una vez levantada la mesa, otro versículo con el Gloria. 3Pero este oficio de las comidas, es una acción de gracias particular, y no es (parte) del número de las siete alabanzas canónicas del día.

 

Capítulo 39: Pregunta de los discípulos: Cómo se debe salmodiar en Maitines. El Señor responde por el maestro:

1Los salmos de maitines se salmodiarán siempre con antífonas, esto es: deben decirse cuatro sin alleluia; después de estos cuatro, dos con alleluia, el responsorio, 2el versículo, las lecturas y el evangelio que el abad dirá sin alleluia; pero en domingo con alleluia hasta Epifanía, 3para que se hagan, sin el versículo y las lecturas, ocho imposiciones con el evangelio. 4Sin embargo, los maitines, fuera del salmo cincuenta y los laudes, estarán compuestas de cánticos, 5pero el domingo y en los otros días de fiesta, o si hubiera algún aniversario de los santos, será necesario decir las bendiciones. 6Una vez dichas éstas en los domingos no se arrodillarán hasta los nocturnos[1], 7y en este mismo día desde las bendiciones[2] todas las antífonas o responsorios se dirán con alleluia hasta los nocturnos siguientes del lunes.

 

Capítulo 40: Pregunta de los discípulos: Cómo se debe salmodiar en las Horas. El Señor responde por el maestro:

1Cuando se salmodie Prima, Tercia, Sexta y Nona, se salmodiará todo con antífonas, 2pero el tercer salmo se impondrá siempre con alleluia excepto a partir de Epifanía, siguiendo siempre el salterio; 3un responsorio cada vez, la lectura del apóstol, la lectura de los evangelios, que la dirá siempre el abad, y si el abad estuviere ausente, los prepósitos por turnos, el versículo y la plegaria a Dios.

 

Capítulo 41: Pregunta de los discípulos: Cómo se debe salmodiar en el Lucernario. El Señor responde por el maestro:

1Los salmos del lucernario, deben ser salmodiados con antífonas, 2y los dos últimos, con alleluia, siguiendo siempre el salterio. 3Un responsorio cada vez, el versículo, la lectura del apóstol y el evangelio, que el abad dirá siempre sin alleluia, pero con alleluia el domingo. 4Pero en este mismo día, desde las bendiciones, se salmodiarán todas las antífonas y los responsorios con allleluia y no se arrodillarán hasta los nocturnos siguientes del lunes.

 

Capítulo 42: Pregunta de los discípulos: Cómo se debe salmodiar en Completas. El Señor responde por el maestro:

1En todo tiempo, los salmos de completas se salmodiarán con antífonas, 2pero el tercer salmo se entonará[3] con alleluia, 3porque las siete veces al día que el profeta dice que nosotros debemos decir las alabanzas a Dios[4], serán cantadas con igual modulación, 4a causa del Espíritu septiforme[5], que no está dividido en ninguna parte.

 

Capítulo 43: Pregunta de los discípulos: Cómo se debe salmodiar en la comida. El Señor responde por el maestro:

1Los salmos de las comidas, tanto cuándo se ha puesto la mesa como cuando se ha levantado, 2porque no forman parte de las siete veces de horas canónicas, sino que son ofrecidos a Dios de una manera peculiar para bendecir o recomendar la comida por la acción de gracias, 3se dirán sin antífona, directamente, pero el domingo y días festivos, con antífona o alleluia.

 

 


[1] Cf. Casiano, Instituciones 2,18.

[2] El texto latino dice: “a benedictionibus dictis”.

[3] Inponatur.

[4] Cf. Sal 118 [119],164.

[5] Cf. Is 11,2-3.