Inicio » Content » DOMINGO 1º DE CUARESMA. Ciclo "A"

«Nuestra vida en este destierro no puede estar sin tentación, ya que nuestro progreso se lleva cabo por la tentación. Nadie se conoce a sí mismo si no es tentado ni puede ser coronado si no vence; ni vencer si no pelea ni pelear si le faltan enemigo y tentaciones. El que grita desde los confines de la tierra se halla angustiado, pero no abandonado. Este también quiso prefigurarnos a nosotros mismos, que somos su cuerpo, en su propio cuerpo, en el cual murió, y resucitó, y subió al cielo, a fin de que confíen los miembros que han de ir a donde precedió la cabeza. Luego nos transfiguró en Él a nosotros cuando quiso que le tentase Satanás. Se lee en el evangelio que nuestro Señor Jesucristo fue tentado por Satanás en el desierto. Cristo ciertamente fue tentado por el diablo. Pero tú eras tentado en Cristo porque Cristo tenía para sí la carne de ti; y de sí tenía para ti la salud; de ti para Él, la muerte; de sí para ti, la vida; de ti para Él, los ultrajes; de sí para ti, los honores; luego de ti para sí, la tentación; de sí para ti, la victoria. Si en Él fuimos tentados, en Él vencemos nosotros al diablo. ¿Ves que Cristo fue tentado y no ves que Cristo venció? Reconócete a ti mismo tentado en Él y reconócete también victorioso en El. Podía haber prohibido que el diablo le tentase; pero, si no hubiera sido tentado, no te hubiera enseñado, al ser tentado, el modo de vencer»[1].

 


[1] San Agustín de Hipona, Enarraciones sobre los Salmos, 60,3; trad. en: Obras de san Agustín, Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, 1965, t. XX, pp. 519-520 (BAC 246). Agustín nació en Tagaste, África del norte, el año 354. Luego de un largo y, por momentos, penoso itinerario de búsqueda de la verdad, en la Vigilia Pascual del año 387 recibió el bautismo. En todo este proceso su madre, Mónica, tuvo un influencia determinante. El obispo y el pueblo de Hipona lo eligieron para el ministerio sacerdotal en el 391. En 395, el obispo Valerio lo eligió para su coadjutor, y a su muerte Agustín ocupó la sede episcopal. Murió el 28 de agosto de 430.