Inicio » Cuadmon » Cuadernos Monásticos Nº 45

Editorial

 

No hace tanto tiempo Cuadernos Monásticos presentaba una serie de artículos concernientes a la “Lectio Divina”. Hoy vuelve a ofrecer a sus lectores reflexiones sobre este tema pero en un marco diferente.

En estas últimas décadas es muy poco lo que se ha dicho o pensado sobre la santificación de la inteligencia y sobre la importancia de ésta en nuestra oración, en nuestro crecimiento espiritual. Sabemos bien cuánto mal ha hecho el racionalismo a la vida espiritual, secando muy a menudo la vitalidad del corazón y la gran posibilidad de un conocimiento intuitivo, experimental y sabroso de Dios y sus misterios. Pero igualmente sabemos del daño del irracionalismo que llega a considerar a la inteligencia y a su especulación como un obstáculo para una vivencia de la oración y de la relación con Dios. Entre las muchas cosas que hoy se confunden está la confusión entre experiencia de Dios y alienación de la inteligencia. Por otra parte muchas alienaciones, en orden a nuestra personalidad, preocupan; pero no así la alienación de la inteligencia, su marginación en nuestras más importantes y hondas vivencias. Pareciera que pensar, ordenar la mente, enriquecerla, cultivarla, fuese importante solamente en orden al quehacer científico pero no en orden a la vida y a la relación del hombre con Dios y de los hombres entre sí. Más aún ello sería un obstáculo para esta relación y para este vivir.

En medio de estos dos extremos: el endiosamiento de la razón y el desprecio de la misma, cabe otra posición: la santificación de la inteligencia, lo cual no solamente significa su purificación, su recto ordenamiento, su sometimiento al ser, sino que además entraña su capacidad contemplativa, su apertura y su consecuente asimilación de la Palabra de Dios, su humilde adoración frente a la luminosa oscuridad de los misterios de Dios, su progresiva adecuación a los pensamientos de Dios que “no son como los de los hombres”, su recogida capacidad de escuchar al Verbo en medio de un gran silencio interior. Descubrir nuestra inteligencia y la urgencia de santificarla es fundamental en una vida espiritual seria y verdadera y en ello juega un papel muy importante la “Lectio Divina”, además del estudio y de la lectura formativa.

Las comunidades monásticas, y en general las comunidades religiosas, desean para sus miembros la formación permanente en la cual dan un lugar primordial al cultivo y enriquecimiento intelectual. Pero a la vez en las mismas comunidades se tropieza con obstáculos serios y en general insoslayables como la falta de tiempo, la necesidad de cubrir las urgencias que dejan los que se van y los enfermos, la falta vocaciones (las cuales no hay que desear para cubrir huecos), las necesidades económicas que mueven a multiplicar el trabajo rentado, las reuniones, los viajes, la movilidad de los de dentro y de los de afuera como un oleaje ruidoso e incontenible. Todo esto, nos hace cada vez más difícil la posibilidad de estudiar, de leer, de meditar, de formar y santificar nuestra inteligencia. No obstante, esta urgencia es mayor que todos los requerimientos cotidianos y utilitarios. Quién sabe si no habría menos defecciones, más vocaciones, y más orden cotidiano, en nuestras comunidades, si en ellas hubiese un genuino esfuerzo de ascesis, conversión y santificación de la inteligencia. Y creemos que principio y culminación de este esfuerzo y de este proceso es el diario y prolongado contacto con la Palabra de Dios.

La Dirección

SUMARIO

Editorial

Hacia la santidad de la inteligencia

Artículo

Lectura, cultura y vida espiritual

Artículo

Palabra de Dios y “lectio divina”

Artículo

Encuentro con Dios en la “lectio divina”

Artículo

La “lectio divina”: un tipo de relectura

Artículo

En defensa de nuestra identidad

Artículo

Historia de la fundación del Monasterio de la Santísima Trinidad de Las Condes, Chile (II)

Artículo

Los benedictinos en el Uruguay, desde 1890 hasta 1892

Artículo