Inicio » Cuadmon » Cuadernos Monásticos Nº 222

Editorial

“La verdadera vida es acto dialógico y comunión; es ese ser y expresarse juntos, para siempre” (Pasqualino[1]).

Diálogo… Sinodalidad… Ecumenismo… Palabras que se van abriendo camino en la Iglesia postconciliar, no como el descubrimiento de una novedad, sino como parte del proceso de redimensionamiento de elementos esenciales de la identidad eclesial, que eran tal vez claros en los orígenes de la Iglesia, pero que en el caminar a lo largo de los siglos se han ido llenando del polvo de la mundanidad, o se ven amenazados de muerte por asfixia bajo el cúmulo de nuestras torpezas y ambigüedades.

Este Cuaderno Monástico nos propone recorrer un camino, deteniéndonos en cada uno de estos términos como en una statio de silencio y recogimiento para meditar en su contenido y también hacer memoria de algunas personas que dieron su vida por esclarecer su sentido verdadero y vivirlo hasta el fondo.

Como es el caso del Cardenal Eduardo Pironio, declarado recientemente venerable por la Iglesia, a quien Mons. Jorge Casaretto llama “artesano del diálogo” en el testimonio que nos brinda de esta querida figura de la Iglesia argentina. Y lo hace desde la perspectiva cercana de quien ha compartido con él una amistad que se fue entretejiendo durante las tareas propias de una generosa entrega pastoral al Pueblo de Dios.

¿Cuál es la piedra de tropiezo en el camino sinodal? ¿Qué es lo que tememos cuando nos resistimos a avanzar por él? Dom Mauro Lepori, abad general de los Cistercienses, responde a estas y otras cuestiones desde la sabiduría de la Regla de san Benito y desde su experiencia de vida comunitaria y de diálogo en comunidad y entre comunidades diversas. Y lo hace con la profundidad de quien se ha interrogado seriamente al respecto y ha llegado al humilde reconocimiento de nuestra indigencia y de nuestra necesidad de Otro y de los otros para llegar al punto de conversión interior indispensable, sin el que no es posible la sinodalidad eclesial.

El camino recorrido por el diálogo ecuménico en Argentina durante más de cincuenta años, con sus dificultades y logros, se nos muestra en el testimonio de uno de sus entusiastas iniciadores, el Dr. Norberto Padilla, quien recuerda a las personas y acontecimientos que fueron configurando tanto la vertiente orante como los encuentros que serían jalones del camino ecuménico en nuestro país, dentro del contexto universal.

En la Sección Fuentes, continuamos con la traducción de la “Vida de san Antonio”, de san Atanasio de Alejandría, en la triple versión que comenzamos a publicar en el número 220 de Cuadernos Monásticos. Se trata de la versión original griega, según la edición de G. J. M. Bartelink en la colección Sources Chrétiennes, en su volumen 400; la primera traducción al latín, hoy conocida como “versio vetustissima”, traducida por primera vez al español; y la segunda traducción latina de Evagrio de Antioquía, la más difundida en el Occidente latino. Ahora publicamos la Segunda Parte en su segunda sección y la Tercera Parte (Caps. 49-88), en la que asistimos al traslado de Antonio a la “montaña interior”.

 


[1] Fortunato Pasqualino, escritor y filósofo italiano, especializado en filosofía del lenguaje (1923-2008).

 

SUMARIO

Editorial

El “venerable” Cardenal Eduardo Pironio, artesano del diálogo

Conocí al Cardenal Pironio en 1962 cuando él era rector del Seminario de Villa Devoto, y los seminaristas de San Isidro cursábamos allí nuestros estudios. Además de ejercer la rectoría tenía a su cargo alguna materia teológica.

Artículo

Sinodalidad de comunión

Desde que el Papa Francisco lanzó el camino sinodal, recordando que la sinodalidad es  parte de la naturaleza de la lglesia, soy cada vez más consciente de cuánto nuestro carisma benedictino-cisterciense está marcado por la sinodalidad eclesial.

Artículo

El camino del ecumenismo en la Argentina

En esta reseña de más de cincuenta años de ecumenismo en la Argentina, inserta en el contexto universal, se percibe la continuidad y crecimiento del compromiso en la oración, el diálogo, el testimonio y la misión.

Artículo

Vida de san Antonio. Segunda parte: 2da sección: capítulos 44-48. Tercera parte: capítulos 49-88

46.3. Y así el juez, al ver el coraje de Antonio y de los que estaban con él, ordenó que ningún monje se acercara al tribunal ni permaneciera en la ciudad.

46.3b. Viendo el juez en Antonio, y en los que estaban con él, el ardor y la confianza en esta obra, sin ningún temor humano, ordenó que ninguno de los monjes accediera al juzgado o al tribunal de los jueces, ni tampoco habitara en la ciudad.

46.11-13. Por esta causa el juez, perturbado por la constancia de Antonio y sus compañeros, ordenó que absolutamente ninguno de los monjes observara el juicio o apareciera en la ciudad”.

Fuente