Inicio » Cuadmon » Cuadernos Monásticos Nº 172

Editorial

Este año Cuadernos Monásticos está de fiesta: celebra cuarenta y cinco años de vida; y queremos invitar a nuestros fidelísimos lectores, para que todos nos unamos en una sincera acción de gracias al Señor. Al recorrer la marcha de nuestra publicación en todo este tiempo, es muy claro que nada de lo realizado hubiera sido posible sin la mano bondadosa de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha acompañado y guiado, subsanando tantas deficiencias de nuestra parte.

Para festejar este feliz aniversario deseamos abrirles el regalo que les prometíamos en la primera entrega del año 2009 (número 168). En efecto, allí les decíamos que estábamos preparando una gran sorpresa. Ahora la podemos compartir, porque ya es una realidad. A partir de 21 de marzo, fiesta del Tránsito de nuestro padre san Benito, estará disponible el nuevo sitio, en Internet, de la Conferencia de Comunidades Monásticas del Cono Sur (SURCO): www.surco.org. En el cual encontrarán información sobre los Monasterios que forman parte de dicho organismo, la lista de los libros publicados por Ediciones ECUAM, podrán acceder de forma gratuita a algunas fuentes del monacato primitivo y, lo más importante, la posibilidad de un acceso “on line” para cada número de Cuadernos Monásticos. Asimismo, de forma gradual, se irá enriqueciendo el archivo digital de los números de nuestra revista publicados a lo largo de estos 45 años. Así se dispondrá de un vasto material, variado y rico en contenido, que esperamos nos ayude a seguir al Señor Jesús con renovado entusiasmo.

La primera entrega de este año 2010, presenta sólo dos artículos, ambos de amplio respiro. El primero de ellos, debido al monje benedictino húngaro Izsák Baán, aborda un tema de gran actualidad: el deseo. Y lo hace desde una perspectiva antropológica monástica tradicional, siguiendo el pensamiento de dos grandes “monjes filósofos”, si se me permite la expresión: Evagrio y san Bernardo.

El segundo artículo, nos lleva al terreno de la teología mariana. La Profesora romana Maria Giovanna Muzj nos introduce de lleno en un ámbito poco frecuentado entre nosotros: la iconografía mariana absidial.

Para conducirnos desde allí a una profunda y renovada reflexión teológica, de grandísima ayuda para nuestra vivencia de la espiritualidad mariana. El esfuerzo por acompañarla en el itinerario que nos propone se verá ampliamente recompensado.

Finalmente, en la sección Fuentes iniciamos la publicación de una joya de la literatura monástica primitiva: la Primera Vida Griega de san Pacomio. Era un deseo largamente acariciado el poder ofrecerles este texto, que ahora vemos hecho ya realidad.

Quisiera compartirles un himno estupendo de Melitón de Sardes (segunda mitad del siglo II), que nos dispone para la celebración central del año litúrgico, la Pascua:

«El Verbo es quien hizo el cielo y la tierra, el que formó al principio al hombre, el que fue anunciado por la Ley y los profetas, el que se encarnó en una Virgen, el que fue colgado en un madero, el que fue sepultado en tierra, el que resucitó de entre los muertos, el que subió a las alturas de los cielos, el que está sentado a la derecha del Padre, el que tiene el poder de juzgar y de salvar todo, por quien el Padre hizo cuanto existe desde el principio hasta los siglos. Éste es el Alfa y la Omega, éste es el principio y el fin, principio inexplicable y fin incomprensible.

Éste es el Cristo, éste es el rey, éste es Jesús! Éste es el estratega, éste es el Señor, éste es el que resucitó de entre los muertos, éste es el que está sentado a la derecha del Padre, Él lleva al Padre y es llevado por el Padre, a Él la gloria y el poder por los siglos. Amén» (Homilía sobre la Pascua, 104-105).

P. Enrique Contreras

Tapa: Selección de obras de Ruberval Monteiro da Silva, osb. Abadía de la Resurrección, Ponta Grossa, Brasil.

SUMARIO

Editorial

Te desideravit caro mea” (Sal 62). Una visión antropológica del deseo, desde el pensamiento de Evagrio Póntico y san Bernardo.

En lo que sigue nos proponemos estudiar algunos aspectos del origen y de la naturaleza del deseo comenzando por un análisis fenomenológico, etimológico y bíblico, para descubrir la fisonomía y las características del deseo, siguiendo el recorrido a través del cual ese deseo se fracciona en diversos deseos. Desde este punto, después, trataremos de trazar dos propuestas de la tradición cristiana para unificar los deseos en la búsqueda de Dios: por una parte presentaremos textos de Evagrio Póntico, y por otra de Bernardo de Claraval, para encontrar algunos aspectos desde los cuales podremos sacar una conclusión acerca de la relación entre nuestros deseos viscerales y el anhelo de Dios, el lugar que ocupan y su equilibrio.

Artículo

La iconografía absidial mariana de la Iglesia indivisa como “lugar teológico”.

«Los tres grandes tipos iconográficos que se encuentran en los ábsides: el grupo de la Virgen Madre con el Niño, la Virgen Orante, la Virgen que intercede ante Cristo Señor, están íntimamente vinculados al significado teológico -“celebrativo” del ábside, porque todos se refieren a la presencia del Señor en su Iglesia, creída en la fe y vivida sacramentalmente. Ellos manifiestan, al mismo tiempo, las funciones principales de la Virgen María: testigo privilegiada que presenta a Jesús como el Señor (la Virgen Madre con el Niño); la que, abierta al don del Señor, engendra a Cristo en sí (la Virgen Orante); la que, con amor de Madre, participa en la Redención (la Virgen que intercede). La ausencia de las señales de una relación afectiva, por medio de las miradas y gestos de ternura, entre la Virgen Madre y el Niño –característica de la iconografía mariana desde sus inicios–, revela aquí su significado pleno: expresar simbólicamente no el “pathos” del acontecimiento, sino la sustancia inmutable del Misterio».

Artículo

La primera vida griega de san Pacomio

«El abad san Pacomio es, sin duda, una personalidad fascinante. En la Primera Vida Griega se le propone al lector una experiencia humana y cristiana rica y vigorosa, un manantial de vida, con una fuerza poco común. Sorprendentes para el lector son las personalidades del fundador y de su segundo, Teodoro... Delante del sínodo de Snê-Latópolis, poco antes de su muerte, Pacomio argumentó frente a los obispos que su original itinerario –pagano, convertido, fundador– no podía haber sido conducido sino por Dios (G1 § 112). Su búsqueda laboriosa conoció, en efecto, buen número de etapas imprevistas» (Vincent Desprez, osb).

Fuente

Reseñas bibliográficas

Libro

Libros recibidos

Libro

Sitios útiles en Internet

Libro