Inicio » Cuadmon » Cuadernos Monásticos Nº 163

Editorial

Y no amaron tanto su vida
que temieran la muerte
(Ap 12,11)

Virginidad y martirio aparecen enlazados en la visión escatológica del Apocalipsis, en la que una muchedumbre –los que vienen de la gran tribulación, los que han lavado sus vestiduras y las han blanqueado en la sangre del Cordero1–, de pie ante el trono y delante del Cordero, vestidos con túnicas blancas, cantan y alaban a Dios rindiéndole culto en su Templo2. De ellos se dice que son vírgenes3, en el sentido de que han soportado la persecución sin caer en la idolatría4.

No se debe, entonces, al azar, el hecho de que ambos temas se entrelacen a lo largo de las publicaciones reunidas en este Cuaderno Monástico, que comienza con un estudio sobre el martirio y, tomando después el cauce de la mariología, va avanzando en un fecundo discurrir sobre la Virgen Madre.

Giuseppe de Rosa, S.J, define en el primer artículo el sentido etimológico del término “mártir” y desarrolla su evolución hasta llegar al sentido cristiano del mismo, armonizando la precisión requerida para el aspecto jurídico con la riqueza de matices aportados por la dimensión espiritual, en la que se lo vincula incluso con el monacato y la virginidad. Finalmente, en un breve panorama histórico, describe el florecimiento de tantos testigos fieles que –especialmente en el siglo XX– siguieron a Cristo hasta dar, como Él, la vida, por la salvación de los hombres.

En el segundo artículo, unos pocos textos poéticos del P. Christophe Lebreton, ocso, mártir contemporáneo –presentados por el P. Bernardo Olivera, ocso, en una conferencia que aquí reproducimos–, nos permiten leer en clave mariana los acontecimientos que van desde la consagración a María de este monje franco-argelino, hasta su entrega final en el martirio.

Sigue un testimonio ortodoxo –el de Vladimir Zelinsky–, que brota del manantial de la piedad mariana y fluye rico en imágenes bíblicas y expresiones de la vida litúrgica de la Iglesia, señalando vínculos y relaciones entre el misterio de María, de la Iglesia, de la Cruz, de la Eucaristía, en un intento de encontrar en la fuente de la sabiduría mariana signos de reconciliación entre las iglesias cristianas.

Cierra el conjunto de artículos de este número de Cuadernos Monásticos una reflexión conmovida y maravillada que el P. Max Alexander, osb, va hilvanando a partir de un poema referido a la Asunción al cielo de María, quien tan bella y humildemente nos precede y acompaña en la peregrinación hacia nuestro destino eterno.

En la sección “Fuentes” seguimos publicando las Enarraciones de san Agustín de Hipona sobre los Salmos Graduales. En este número aparecen sus comentarios a los Salmos 129, 130 y 131. La Introducción, del P. Fernando Rivas, osb, nos da una visión histórica del itinerario que, a partir de Orígenes, recorre la interpretación patrística de los Salmos, en el tiempo que, precediendo a la interpretación agustiniana, la prepara y la
hace posible.

1 Ap 7, 14.
2 Cf. Ap 7, 9-15.
3 Ap 14, 4.
4 Cf. Nota de la Biblia del Pueblo de Dios a Ap 14, 4.

SUMARIO

Editorial

El sentido del martirio cristiano

… La santidad cristiana se ha expresado en dos formas: en la del martirio y en la de la renuncia radical, implícita en la vida monástica y en la práctica de la virginidad, y más tarde en toda forma de vida conforme al Evangelio, vivida en la práctica heroica de las virtudes cristianas a imitación de Cristo.

Artículo

He ahí a tu madre: La experiencia de un “mártir” contemporáneo: Christophe Lebreton (1950-1996)

Consideramos que su testimonio tiene un valor particular por varios motivos: se trata de un joven contemporáneo que enarboló en 1968 las banderas revolucionarias del “Mayo francés”; se trata de un monjesacerdote que supo hacer teología en forma poética y darle un vuelo místico a su poesía; se trata, finalmente, de alguien que, confiado a María y confiando en ella, se entregó a la muerte dando testimonio del único Testigo veraz, el Cordero inmolado por nuestra salvación.

Artículo

María en el ser eclesial: un testimonio ortodoxo

... Donde se manifiesta la vida eclesial en sentido propio, allí está María, y donde está María nace y se forma la Iglesia de su Hijo. Para entender la naturaleza o el origen de nuestra veneración espontánea, tenemos que interrogar a este manantial semioculto de la fe cristiana, o, mejor, a nuestro modo de vivir la fe en la tradición de la Iglesia. En efecto, ¿por qué María? ¿Dónde se inicia esta corriente de la piedad mariana que corre desde los tiempos del Evangelio hasta nuestros días?

Artículo

La asunción, fiesta de nuestra común peregrinación

La Asunción de María entona hoy el canto del valor del cuerpo. Dios no desperdicia sus maravillas y el cuerpo del ser humano, que es un tejido de maravillas, tendrá, transfigurado, el mismo destino que el alma, y Dios ocupará cuerpo y alma y “lo será todo en todos” (Col 3,11).

Artículo

El comentario de san Agustín de Hipona a los salmos graduales (Sal 129-131)

«Como doy por supuesto que ustedes no sólo están atentos con los ojos del cuerpo, sino también con los ojos del corazón, creo que hace falta desmenuzar detenidamente lo que cantamos: “Desde lo profundo clamé a ti, ¡oh Señor! Señor, oye mi voz”. Efectivamente, esta voz es del que sube, y es la voz del cántico de la subida. Cada uno de nosotros debe descubrir en qué profundidad se encuentra, desde dónde clama al Señor».

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