Inicio » Cuadmon » Cuadernos Monásticos Nº 146

Editorial

Este número de Cuadernos Monásticos llega al lector de la mano de su nueva Directora, la Madre María Isabel Guiroy, osb, priora del Monasterio Nuestra Señora del Paraná, Entre Ríos, Argentina, y gran colaboradora de tantos años en la Revista.

Ocurre que desde el 29 de abril al 1° de mayo de este año, en al Abadía de “Gaudium Mariae”, en Córdoba, tuvo lugar la XV Asamblea General de la Conferencia de Comunidades Monásticas del Cono Sur (SURCO), donde como es habitual se revisó la marcha de la Conferencia, se renovaron autoridades y se elaboraron planes para el futuro. Allí el Abad Enrique Contreras, osb, nos expresó su deseo de dejar la Dirección de Cuadernos Monásticos debido a las necesidades de su servicio abacial.

Como unánimemente le expresamos los asambleístas, es grande y profunda nuestra gratitud para con él. Cuadernos Monásticos contó con su generosa e inteligente colaboración casi desde la primera hora y lo tuvo de Director desde 1994, es decir, casi los últimos diez años en que nuestra publicación sin dejar de ser lo que es, se renovó profundamente.

Nos decía el Abad Enrique, que Cuadernos Monásticos es una revista que tiene fisonomía propia, clara y definida, que es posible resumir en la fórmula: una publicación de espiritualidad monástica cristiana, no excluyente. Creo que la afirmación es verdadera: afirma lo monástico en su esencia cristiana; pero es abierta y dialogal con el mundo plural que nos toca vivir, en el cual la vida monástica se alimenta y enriquece, pero también tiene una palabra que decir.

Si nos fijamos en los contenidos y en la modalidad de los Cuadernos de estos últimos nueve años, fácilmente advertiremos el empeño del Director y su Equipo en una triple dirección: el cultivo de los temas significativos de la vida y espiritualidad monástica, la apertura hacia nuevos temas e intereses de los sectores en los que también el seguimiento de Cristo que hacemos los monjes y las monjas hoy queda implicado, y una muy completa renovación de la presentación y confección de la Revista. La formación, la actualización y la reflexión mediante una presentación recientemente “adornada” -como la llamó el abad Enrique- fue el empeño en cada número. Su incipiente presentación en disquetes y en Internet próximamente quedará completado en un querido proyecto del Abad Enrique: poder disponerla como colección completa en CD. ¡Gracias Enrique!

Con la M. María Isabel y su renovado Equipo, Cuadernos Monásticos queda en buenas manos. La nueva Directora conoce a fondo el trabajo y cuenta con una también experimentada colaboración. Le agradecemos desde ya a ella y a su querida Comunidad de Paraná el esfuerzo que implica, sabiendo que el empeño en el servicio mutuo complace a Dios y bendice a la Iglesia.

No podría terminar esta nota sin hacer memoria agradecida de Cuadernos Monásticos a la Madre Abadesa Cándida María Cymbalista, osb, quien fue su Directora los diez y seis años fecundos pero difíciles del post-concilio, durante los cuales ella supo imprimirle mucho del espíritu y de lo que es hoy la Revista, y a quien el Señor llamó recientemente junto a Sí. Nuestra oración y nuestro afecto la acompañan como así también a su comunidad del “Gozo de María”.

P. Eduardo Gowland, o.c.s.o.

Presidente de SURCO

Nota: Para este número hemos seleccionado varios artículos de la querida “Madre Cándida”, como una forma sencilla pero profundamente agradecida de ofrecerle nuestro homenaje de agradecimiento (N. de la R.).

SITIO DE “CUADERNOS MONÁSTICOS”: www.monasterio.org.ar/cuadmon

SUMARIO

Editorial

Homilía en la celebración de la Misa exequias de la Rvma. Madre Cándida María Cymbalista, osb. 8 de mayo de 2003

San Pablo nos habla de un sello que todos hemos recibido, y que Madre Cándida recibió por el Bautismo. Un sello que llegó a su plenitud en su Confirmación, un sello que ella radicalizó con su Consagración Monástica. Ese sello es, al mismo tiempo, el título que le vale delante del Señor, del Señor justo y misericordioso, del Esposo a quien ella quiso profundamente, profunda y tiernamente.

Artículo

Homenaje personal a la Madre Abadesa Cándida María Cymbalista, osb

Tres son los principales momentos de este homenaje, que quiero rendir al “sentido de Iglesia”, a la “coherencia doctrinal” y a la “fecundidad espiritual” de la Madre Cándida María.

Artículo

Más de mi experiencia

Y comencé a ver tantas cosas que durante veintitrés años no había visto…

Artículo

La ascesis de la normalidad

La lucha que el hombre debe emprender, más que para “evitar hacer un pecado grave” porque “si me muero quiero salvarme”, es para desarraigar sus vicios. Los monjes del desierto sabían que ésta era la gran tarea. Este era el trabajo principal, pues las virtudes eran la obra de la fuerza de Dios, y la oración era el canto, el ritmo de un corazón libre y enamorado que escuchaba sin dificultad, en su silencio interior, la oración del Espíritu Santo que es el beso entre el Padre y el Hijo.

Artículo

Inserción contemplativa en el mundo y en la Iglesia

Los contemplativos están insertos en el mundo y en la Iglesia; ellos son una mirada de Dios, ellos son una silenciosa palabra de Dios. El problema está, por parte de los contemplativos, en asumir la conciencia de esta inserción y, por parte de la Iglesia y el mundo, en un segundo momento, en contar con nuestra inserción, sentirla, integrarla en su vida. Esta inserción contemplativa engendra una visión del mundo, una sabiduría del mismo.

Artículo

Vida fraterna a partir de la RB 63

Partir del capítulo 63 para hablar de la vida fraterna no ha sido una opción casual, ya que se puede detectar una línea creciente, referida a la vida fraterna, que va ligando la RB 63 a la RB 72, capítulo que se torna el ápice de toda la Regla.

Artículo

La visión de san Benito. Comentario de Gregorio Palamás (1296-1359)

“... Publicamos como fuente el conocido texto de la visión y muerte de nuestro Padre san Benito. El sentido de ello es poner de manifiesto que todos aquéllos que siguen las huellas de Cristo en la escuela del servicio divino, que es el monasterio, siguiendo la Regla de san Benito, estamos llamados a participar de su mismo destino”.

Fuente

Recensiones - Libros recibidos

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